El internet de las cosas, internet of things o IoT, sus siglas en inglés, se define como hace referencia a los artefactos que se conectan a internet y permiten la realización de tareas de forma remota. Aunque parezca un concepto totalmente novedoso, hace más de tres décadas que esta idea es parte de nuestra vida cotidiana.
La tecnología y sus avances siempre buscan mejorar la vida de las personas o solucionar problemas actuales y el internet de las cosas no es la excepción. Mediante este sistema, se puede tener mayor y mejor control de distintos dispositivos, que facilitan la vida actual.
Una red de objetos
Una forma sencilla de entender el internet de la cosas, es como una red de objetos físicos conectados a internet. Estos objetos tienen en general un hardware especializado que les permite realizar una tarea determinada y también tener una conexión activa a internet para que puedan ser manejados y monitoreados de forma remota.
Al conectarse a internet, cada objeto recibe una red IP específica con la que se lo puede controlar. Este sistema pretende hacer que la utilización y monitoreo de estos objetos sea más eficiente y requiera menor esfuerzo.
Aplicaciones del internet de las cosas
A pesar de que cada vez más vemos avances sobre cómo integrar la tecnología en nuestros hogares, todavía no se considera que el internet de las cosas sea parte de objetos del mercado masivo que usamos en nuestro día a día.
Sin embargo, asistentes hogareños como “Alexa” de Amazon o “Google Home”, demuestran que las empresas quieren introducir este sistema a la vida cotidiana. A través de estos dispositivos se puede controlar iluminación, temperatura y entretenimiento dentro de la casa, integrando el internet de las cosas al manejo del hogar de una forma más tecnológica.
En las industrias, el internet de las cosas está muy presente en maquinarias y elementos de control, permitiendo un mejor funcionamiento y monitoreo de cada artefacto mediante una red interconectada entre ellos.
Puede encontrarse dentro de maquinarias de fabricación, sensores y robots en la producción en masa, centralizando el control de la fábrica mediante esta red. También es usado para monitorear la salud de pacientes en clínicas y hospitales, ofreciendo mayor eficiencia y privacidad para las personas.
Por otro lado, se utiliza en instancias de control gubernamental, en elementos de la infraestructura urbana como semáforos, puentes y cámaras, entre otros. El internet de las cosas permite un mejor funcionamiento de la ciudad por la posibilidad de cambiar y controlar los distintos elementos según se necesite.
Además, podemos encontrar este sistema en el control ambiental a través de sensores que indican temperatura, clima y hasta sensores antisísmicos. Este tipo de artefactos pretende anticiparse a cualquier cambio meteorológico, monitoreado por el internet de las cosas.
¿Y qué pasará en el futuro?
Los cambios en la tecnología actual y la introducción de cada vez más asistentes virtuales que pueden ayudarnos con cualquier tarea cotidiana, denotan los voluntad de integrar el internet de las cosas a más aspectos de la vida personal de cada individuo.
Si bien la tecnología nos ayuda, conecta y resuelve problemas; muchos todavía temen por la invasión que ésta supone a la intimidad, por estar presente en ámbitos laborales, de ocio y de familia. A pesar de esto, no se puede negar la conveniencia que otorga el internet de las cosas en el manejo y control de distintos objetos mediante una misma red y cómo este puede ayudarnos a realizar distintas tareas cotidianas de forma más eficiente.